lunes, 9 de febrero de 2009

La "cita"

LA “CITA”


Aquella clase pasó de ser la más odiada a ser la más deseada. Cada vez que observaba aquel ángel, me envolvía un aire mágico. No hablamos más. Pudo ser la vergüenza o la timidez que sentía al estar cerca de él. Había leído tantos libros de fantasía, que pensé que podría ser un ángel o, quizá, un vampiro… ¡tendría que dejar de leer tanto! La clase pasó tan deprisa que casi no me dio tiempo para observarle atentamente. De repente, sonó el timbre. Mike se levantó rápidamente y salió de la clase. Me sentí un poco incómoda a que no se despidiera. Salí de la clase para reunirme con mis amigos.
- Jessica! ¡Vas a clase con Mike!- Emma vino hacia mí corriendo y gritando. Si hubiese estado de mejor humor, me hubiera dado vergüenza, pero en momentos así, nada me importaba.
- Sí… - mi voz sonó apagada.
- Pero… - jane parecía preocupada por mí.
- No sé... parecía majo, pero… ha salido corriendo de clase.
- No te preocupes. Entiéndele, es su primer día de clase.
- Eso espero chicas, eso espero.
Salimos del instituto y nos encaminamos hacia el aparcamiento para coger nuestras bicis. Habíamos pensado ir a comer a casa de Jane. Su madre preparaba unos macarrones deliciosos. Cuando llegamos al aparcamiento, Mike estaba allí cogiendo su bici. Nuestras miradas de cruzaron. Sus ojos mostraban tensión y preocupación. No fue una mirada intensa y cálida como las anteriores, al contrario, fue una mirada fría y rápida.
Noté un vacío en el centro del pecho. Los gritos de Charlie hicieron que saliera de mi trance.
- Venga Jessica! ¡Que tengo hambre!
Me puse el casco y subí a mi bici. Intenté alcanzar a mis amigos. Quise girarme para observar a aquel ser tan maravilloso, pero mi mente pensó que no se la quería dar contra la carretera. Así que miré al frente y me dirigí a donde estaban esperándome mis amigos. Emma y Jane me miraron con aire de preocupación mientras que yo negaba con la cabeza en señal de que no me ocurría nada. ¿O sí? Sabía que quería aparentar que estaba perfectamente pero en realidad, no lo estaba.
Cuando llegamos a casa de Jane, el olor de de los macarrones hizo que me olvidara de todo.
Nada más terminar de comer, subimos a la habitación de Jane. Charlie y Jack jugaron a la Play mientras las chicas y yo hablábamos.
- Jessica, olvídate ya de Mike. Seguro que ha sido porque ha tenido vergüenza.
- Eso Jess. Olvídate del tema. Ahora para no pensar en ello… ¡vámonos de compras!
- Buena idea, Emma. Chicos, ¿os apuntáis?
- ¡De compras! ¡Jamás! -los chicos se pusieron a gritar nada más escuchar el nombre “compras “. Todos los chicos eran iguales.
Salimos pronto de casa de Jane para aprovechar lo máximo posible la tarde.
Salir de compras era mi hobby preferido, pero aquella tarde no fue tan divertida como otras. ¿Cómo un chico al que apenas conocía me podía fastidiar el día? Pensé que él no sería el que me fastidiase las compras, pero aun así no conseguí convencerme del todo.

Cuando acabamos de comprar nos dirigimos cada una hacia su casa.
Al llegar a la mía, mis padres me esperaban para cenar.
- Hola, cariño. ¿Cómo has pasado el día?
- Hola, mamá. Bien…- mi voz no sonó convincente y me arrepentí de inmediato.
- Me alegro Jess. Ahora siéntate, que vamos a cenar.
Mi madre me había preparado una cena bastante rica: pechuga de pollo con patatas fritas. Estaba todo muy bueno. Intenté hablar como todas las noches para que mis padres no sospecharan de qué me pasaba. Esta vez, soné bastante convincente. Qué extraño…
Cuando terminamos de cenar, nos sentamos en el sofá para ver la televisión, como todas las noches.
Me cansé pronto de ver la tele, por lo que decidí irme a leer. Di dos besos a mi madre y mi padre, y me encaminé a mi cuarto.

Apenas pude leer un capítulo del libro a causa del sueño que tenía. Me sentía muy cansada. Esa noche no tuve ningún sueño. Qué extraño…
A la mañana siguiente me levanté fresca y alegre. Pensé que aquel chico al que apenas conocía no iría a fastidiar mi vida. Como cada mañana, Jane vino a por mí. De camino al instituto estuvimos hablando de la pasada tarde. Cuando llegamos al aparcamiento del instituto, vi su bici. Me di ánimos para no derrumbarme como me pasó el día anterior.
A primera hora me tocaba matemáticas. Qué horror. Antes de llegar clase, se me hizo un nudo en la garganta. Tuve que volver a darme ánimos para entrar.
Llegué antes que todos. Me senté en mi sitio, sola. Minutos después, empezaron a entrar mis compañeros. Él llegó el último de todos. Me asombré cuando se sentó a mi lado, en vez del sitio que había libre lejos de mí.
- Hola Jessica.
Me quede anonadada. Tuve que aclararme la garganta un par de veces antes de contestar.
- Hola Mike.
Parecía estar mucho más cómodo que el otro día. Cuando volvió a hablar, su voz sonó avergonzada.
- Oye Jess, siento lo de ayer. No pude despedirme porque tenía prisa y además... mucha vergüenza…
- Oh, Mike… No pasa nada, tranquilo. Quedas perdonado.
Me respondió con una dulce sonrisa. Cuando el profesor llegó, se puso a explicar álgebra. Si ya de por si se me daban mal las matemáticas, el álgebra, peor. Mike observó mi expresión de incomprensión y con voz amable dijo:
- No lo entiendes, ¿verdad?
- No…- mi voz sonó avergonzada. Una risita salió de mi boca.
- Jess, concéntrate. Es muy fácil. Mira…
Cogió un papel y un boli y empezó a explicarme a lección que minutos antes había explicado el profesor. Su voz era suave y cálida y me deje llevar. Entré en trance. No presté ninguna atención a la explicación. Solo podía fijarme en esos ojos tan cálidos y azules.
- Jess, sé que no me estas prestando atención, así que deja de decir que sí con la cabeza- su risa hizo que saliese de mi trance. Me di cuenta de que, involuntariamente, mi cabeza se movía de arriba a abajo.
- Oh, perdón Mike. Pero sigo sin entenderlo…
- Ja ja ja Jess. ¿O será porque no estás prestando atención?
- Puede…- me puse roja. Ante mi reacción, el sonrió
- Si quieres, vienes a mi casa esta tarde para que te explique la lección: o voy yo a la tuya…
- Oh, ¿me ayudarías?
- Claro.
- Bueno, si es así… me voy esta tarde a tu casa. ¿Te parece bien?
No hizo falta que me contestara, solo con su sonrisa picarona y entusiasmada, me contestó.
Cuando acabó matemáticas, me dirigí a clase de geografía. Esta era una de las mejores clases porque estaba con Jane y Emma. Pensé en lo contentas que se pondrían al escuchar mi noticia.
- ¡Hola, chicas! -saludé
- Jess, ¿qué tal te ha ido en mates con Mike? -preguntó Jane. Era una de esas chicas que se preocupaba mucho por sus amigas.
- Pues, la verdad… ¡genial! -la última palabra la grité e hice que todo el mundo se girase para observarme, perplejos.
- Me ha hablado…- bajé le tono de mi voz.
- ¡¿Qué?! -Jane y Emma gritaron otra vez y la gente volvió a girarse.
- Sí, chicas. Y lo mejor de todo es… -en ese momento entró a clase el profesor.
- Buenos días chicos. Os traigo un nuevo alumno. -De repente, Mike entró por la puerta. Me alegré un montón de que estuviéramos en otra clase juntos.- Bien, éste es Mike. Ves a sentarte allí, al lado de la señorita Jessica. -Mi sitio estaba libre. ¡Qué suerte estaba teniendo ese día!
Mike se dirigió hacia el sitio que había libre a mi lado.
- Hola Jess.
- Hola Mike.
Jane y Emma se miraron perplejas y entusiasmadas.
- ¿Intentas acosarme? -mi voz sonó burlona.
- Te recuerdo Jess que soy nuevo aquí, y que me han puesto en esta clase contigo por casualidad…-su sonrisa hizo que me deshiciera.
- Ya…-mi voz sonaba tontamente avergonzada.
Intenté concentrarme en la clase, pero no pude. Sólo pensaba en que se acabasen ya las clases y pudiera irme a su casa. Las explicaciones en voz alta del profesor hicieron que me intentará concentrar otra vez. Tendría que hacerlo, o suspendería.
- Jess, concéntrate que no quiero tener que explicarte también geografía.- su voz sonó divertida. No pudo evitar reírse tras mi reacción. Me avergoncé de mí misma. Estaba quedando como una tonta ante el chico que me gustaba. ¿Qué acababa de decir? ¿El chico que me gusta, Mike? Sí, lo estaba admitiendo. Me gustaba Mike. No solo me gustaba. La conexión que tenía con él era mucho más potente que la que tenía con cualquiera de mis amigos.
Sonó el timbre.
Jane, Emma, Mike y yo, nos dirigimos hacia la cafetería. Presenté Mike a todos. Pareció caerles muy bien.
La hora del almuerzo pasó muy deprisa y tuvimos que entrar otra vez en clase. Las últimas clases que me tocaban eran física y química y gimnasia. Me gustaban mucho esas clases. Intenté concentrarme por una vez. Lo conseguí, aunque solo era necesario concentrarme en física y química porque, la verdad, gimnasia no era nada del otro mundo. No tenía ninguna clase más con Mike. En parte era bueno, porque así podía concentrarme, pero en parte era malo, porque lo echaba de menos. ¿Cómo me podía haber enamorado tanto? Nunca me había pasado algo así. Las dos horas de clase se pasaron volando.
Sonó el timbre. Cuando salí de la clase, allí estaba Mike esperando, entusiasmado.
Pensé que tendría que llamar a mi madre para advertirle de que no iba a comer a casa ni iría por la tarde a mi extraescolares, pero ahora no podía pensar en otra cosa más que en él y en la deslumbrante tarde que pasaríamos juntos. Me acerqué a él rápidamente para no perder más tiempo.
- ¿Preparada?- su sonrisa llenó toda su preciada cara.

Y nos encaminamos juntos hacia su casa.

6 comentarios:

  1. Que texto hermoso, muy bello... el por sobre todo. Ha sido un placer leerte. ¿Me harías el honor? Mi morada añora tu visita con ansias. Todo mi cariño y un saludo afectuoso. Adieu.

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  2. Hola Paula. Pásate por mi blog que tienes una cosa para ti.
    Saludos desde La ventana de los sueños, blog literario.

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  3. Hola Paula, soy Anabel Botella. Espero que este premio dé alas a tu blog, porque te lo mereces.
    Tienes que ir a mi blog y clicar en el premio, que te aparecerá en atomáticamente en pantalla. Después clicas el botón derecho del ratón y te aparece en guardar como. Lo vuelves a clicar y lo guardas en alguna carpeta de imágenes. Después, cuando quieras incluirlo en tu bog, en editar entradas, hay una opción de imágenes y la subes. Si la quieres (en la barra lateral, dónde ves el perfil), tienes que ir a diseño, añadir gadget, insertar imagen y lo subes.
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    Saludos desde La ventana de los sueños, blog literario.

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  4. Gracias por pasar, querida mía, estaré al tanto...

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  5. Un texto muy bonito, coincido con la opinión de mi amigo El Caballero.
    Tienes un estilo especial al escribir, muy identificable.
    Me gustaría que te pasases por mi blog, si no te importa,
    Un beso.

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